No hay vueltas que darle: China se esmeró en la organización los presentes Juegos Olímpicos Pekín 2008, hasta ahora casi impecables, para decirle al mundo lo que ya se sabe y que ahora se corrobora con hechos y medallas: que es una potencia mundial, no solo económica y cultural, sino también deportiva y que aspira a más. Recursos humanos y naturales y fondos no le faltan..
Al recorrer las calles de la renovada Pekín, donde viven 14,7 millones de personas, se percibe optimismo, dinamismo, progreso, aires de renovación y fervor por unas competencias que se realizan con altura y que dejan complacidos a los anfitriones.
Los chinos y sus autoridades entienden bien que la realización de su Olimpiada constituye una oportunidad dorada para mostrar su país a todo el mundo, sus posibilidades, sus atractivos, su capacidad de hacer negocios, lo que tienen para vender, su capacidad de superación...
Por esa causa, en estos días, en lugar de politizar los Juegos y convertirlos en una barricada ideológica, como en 1980, por ejemplo, lo hicieron los soviéticos, China se ha dedicado a vender en todo espacio posible sus productos y empresas estrellas, para atraer a compradores e inversionistas. No se observan pancartas ni banderas ni mensajes en rojo llamando a ninguna revolución ni pidiendo a los proletarios de todo el mundo que se unan.
Las imágenes y mensajes pulicitarios más vistos aquí son las de las gigantes corporaciones de China, que vertigiosamente avanzan en sus respectivos sectores. Son, entre otras, la empresa de informática Lenovo, la cuarta mayor productora del ordenadores del mundo; la compañía de telefonía celular China Mobile, la mayor del planeta; el Banco de China, China Netcom(CNC), el gigante de las telecomunicaciones e Internet.
Ni siquiera los campeones olímpicos chinos aparecen con tanta asiduidad en anuncios en pancartas, en la TV, en los diarios y en las camisetas que, por ejemplo, llevan los miles de voluntarios que colaboran en los Juegos.
Aunque esto pudiera resultar poco creíble, en China, oficialmente comunista, pero que en realidad se abrió a un fuerte capitalismo de Estado, se ven tantos avisos publicitarios como en cualquier sitio del mundo. La mayoría son de sus productos estrella, aunque también tienen espacio las corporaciones extranjeras que han echado raíces en este país.
Con motivo de la Olimpiada, más de uno ya entiende mejor a la gente del Estado más poblado del sistema y de su sistema politico que mira hacia el futuro y que no desea saber nada del socialismo real y, con seguridad, se ha quitado de encima en estos días los perjuicios que generan los países que han salido o que siguen saliendo de regímenes policiacos. Aunque, claro, resulta complejo imaginar a los chinos viviendo en una democracia de tipo occidental.
En todo caso, después de ganar la Olimpiada, cosa que cada vez se ve más probable, los chinos vienen por más.
lunes, 18 de agosto de 2008
miércoles, 13 de agosto de 2008
Al menos ocho (o nueve) cosas que se deben ver en los Juegos
Al abrir su Olimpiada a las 8 de la noche y ocho minutos del octavo día del octavo mes de este 2008, China puso de moda esa cifra y dejó en claro que le apuesta casi todo al ocho. Y no es una casualidad: al fin y al cabo, ese es el número de la suerte en el gigante asiático.
Dado que el ocho es el número de la suerte en el país más poblado del planeta, luego de la espectacular ceremonia de apertura de los Juegos, que no tiene parangón en la historia del movimiento olímpico, por añadidura han asomado al menos ocho listas de los ocho hechos que necesariamente deben verse o seguirse en esta Olimpiada.
Las listas son resultados de encuestas a personalidades del deporte, ex deportistas, periodistas especializados, gente de la calle, etc, etc.
Una de las más votadas, a la cual yo me sumo, recomienda que estos son los ocho momentos estelares de las Olimpiadas a los cuales no estaría mal poner atención. Por supuesto, que hay otros criterios, igualmente respetables.
Uno. Si China, el país anfitrión, finalmente consigue superar a la potencia mundial que es Estados Unidos en el medallero general de los Juegos. Si lo hace, se constituirá en un hito en la historia. Por el momento, los atletas chinos lideran la clasificacion con 16 preseas doradas y superan a EE.UU. y han dejado muy por debajo a los rusos, que antes de la Olimpiada eran señalados como rivales de peligro para chinos y estadounidenses. Aunque, claro, aun falta mucho camino por recorrer.
Dos. El fenómeno Michael Phelps, quien es una de las atracciones de los Juegos porque puso sobre el tapete su intención de desbancar al mito Mark Spitz. El nadador estadounidense, que cuando fue colgado este blog en la Red ya había logrado cinco oros, aspira a ganar ocho medallas doradas, para así superar la hazaña que su afamado compatriota selló en Múnich 1972, la Olimpiada manchada por los palestinos de Septiembre Negro.
Tres. La actuación del equipo de fútbol masculino de Brasil. La selección verdeamarelha se juega todo en esta Olimpiada para intentar hacerse, por primera vez en la historia, con una medalla dorada que le ha sido esquiva a lo largo de los años. Incluso convocó a Ronaldinho, una de sus estrellas, para romper con el maleficio. Pero la Argentina de Messi y Riquelme, asi como Nigeria, Italia, Costa de Marfil están dispuestas a impedirlo.
Cuatro. El 'Dream Team' del baloncesto estadounidense, con sus estrellas Kobe Bryant y Lebron James a la cabeza. En este apartado cabe la pregunta si este equipo de ensueño se colgará la medalla de oro o repetirá el fiasco que las estrellas de la NBA protagonizaron en anteriores Juegos.
Cinco. La maratón femenina, el día 17 y la masculina, el 24. En ambas pruebas, aparte de la rivalidad deportiva entre los participantes, se teme la irrupción de un rival francamente no deseado. Se trata de la contaminacion ambiental que padece la capital de China. Ambas pruebas se correrán muy temprano, cuando habitualmente una bruma envuelve a Pekin, como lo fue este jueves.
Seis. La prueba reina de la velocidad de los 100 metros en la categoría varones. Una carrera electrizante prometen el estadounidense Tyson Gay y los jamaiquinos Usain Bolt y Asafa Powell. El 15 de agosto, en horario chino.
Siete. Liu Xiang. Vencedor inesperado en la prueba de 110 metros con barreras, en Atenas 2004, el atleta chino tiene la posiblidad de confirmar ante los suyos, el 21 de agosto, que es un héroe nacional y la imagen de la nueva era del deporte en China. Pero primero deberá vencer a rivales fuertes, como el cubano Dayron Robles y el ecuatoriano con pasaporte español Jackson Quiñónez.
Ocho. Rafael Nadal, Novak Djokovic, Roger Federer... El cuadro de jugadores en la Olimpiada es de lo mejor, al menos menos en la categoría masculina. Los Juegos se han convertido así en un quinto Grand Slam.
Me permito añadir un noveno momento. Será el viernes 15 en Ecuador (sábado 16 en China), cuando Jefferson Pérez, el mejor deportista ecuatoriano de todos los tiempos, compita en la prueba de los 20 km marcha y selle así su memorable carrera cargada de triunfos. Ojalá con un oro. Aunque una plata no estaría mal. Suerte.
Dado que el ocho es el número de la suerte en el país más poblado del planeta, luego de la espectacular ceremonia de apertura de los Juegos, que no tiene parangón en la historia del movimiento olímpico, por añadidura han asomado al menos ocho listas de los ocho hechos que necesariamente deben verse o seguirse en esta Olimpiada.
Las listas son resultados de encuestas a personalidades del deporte, ex deportistas, periodistas especializados, gente de la calle, etc, etc.
Una de las más votadas, a la cual yo me sumo, recomienda que estos son los ocho momentos estelares de las Olimpiadas a los cuales no estaría mal poner atención. Por supuesto, que hay otros criterios, igualmente respetables.
Uno. Si China, el país anfitrión, finalmente consigue superar a la potencia mundial que es Estados Unidos en el medallero general de los Juegos. Si lo hace, se constituirá en un hito en la historia. Por el momento, los atletas chinos lideran la clasificacion con 16 preseas doradas y superan a EE.UU. y han dejado muy por debajo a los rusos, que antes de la Olimpiada eran señalados como rivales de peligro para chinos y estadounidenses. Aunque, claro, aun falta mucho camino por recorrer.
Dos. El fenómeno Michael Phelps, quien es una de las atracciones de los Juegos porque puso sobre el tapete su intención de desbancar al mito Mark Spitz. El nadador estadounidense, que cuando fue colgado este blog en la Red ya había logrado cinco oros, aspira a ganar ocho medallas doradas, para así superar la hazaña que su afamado compatriota selló en Múnich 1972, la Olimpiada manchada por los palestinos de Septiembre Negro.
Tres. La actuación del equipo de fútbol masculino de Brasil. La selección verdeamarelha se juega todo en esta Olimpiada para intentar hacerse, por primera vez en la historia, con una medalla dorada que le ha sido esquiva a lo largo de los años. Incluso convocó a Ronaldinho, una de sus estrellas, para romper con el maleficio. Pero la Argentina de Messi y Riquelme, asi como Nigeria, Italia, Costa de Marfil están dispuestas a impedirlo.
Cuatro. El 'Dream Team' del baloncesto estadounidense, con sus estrellas Kobe Bryant y Lebron James a la cabeza. En este apartado cabe la pregunta si este equipo de ensueño se colgará la medalla de oro o repetirá el fiasco que las estrellas de la NBA protagonizaron en anteriores Juegos.
Cinco. La maratón femenina, el día 17 y la masculina, el 24. En ambas pruebas, aparte de la rivalidad deportiva entre los participantes, se teme la irrupción de un rival francamente no deseado. Se trata de la contaminacion ambiental que padece la capital de China. Ambas pruebas se correrán muy temprano, cuando habitualmente una bruma envuelve a Pekin, como lo fue este jueves.
Seis. La prueba reina de la velocidad de los 100 metros en la categoría varones. Una carrera electrizante prometen el estadounidense Tyson Gay y los jamaiquinos Usain Bolt y Asafa Powell. El 15 de agosto, en horario chino.
Siete. Liu Xiang. Vencedor inesperado en la prueba de 110 metros con barreras, en Atenas 2004, el atleta chino tiene la posiblidad de confirmar ante los suyos, el 21 de agosto, que es un héroe nacional y la imagen de la nueva era del deporte en China. Pero primero deberá vencer a rivales fuertes, como el cubano Dayron Robles y el ecuatoriano con pasaporte español Jackson Quiñónez.
Ocho. Rafael Nadal, Novak Djokovic, Roger Federer... El cuadro de jugadores en la Olimpiada es de lo mejor, al menos menos en la categoría masculina. Los Juegos se han convertido así en un quinto Grand Slam.
Me permito añadir un noveno momento. Será el viernes 15 en Ecuador (sábado 16 en China), cuando Jefferson Pérez, el mejor deportista ecuatoriano de todos los tiempos, compita en la prueba de los 20 km marcha y selle así su memorable carrera cargada de triunfos. Ojalá con un oro. Aunque una plata no estaría mal. Suerte.
jueves, 7 de agosto de 2008
Protagonistas olímpicos, no tan inesperados
Ni el nadador estadounidense Michael Phelps, quien aspira a repetir la hazaña de su compatriota Mark Spitz en Múnich 1972. Ni el tenista español Rafael Nadal o su colega suizo Roger Federer, dos de las mayores estrellas del deporte mundial. Tampoco el futbolista argentino Lionel Messi o el brasileño Ronaldinho. Menos aún el ´Dream team´del basquetbol estadounidense con el astro Kobe Bryant a la cabeza o la garrochista rusa Yelena Isinbayeva, poseedora del récord mundial en esa especialidad.
No, los protagonistas, en realidad no tan inesperados, de la preapertura de los XXIX Juegos Olímpicos Beijing (o Pekín) 2008 son dos, por estos días, que pudieran hacer mella en unas justas llamadas a levantar la imagen internacional del país anfitrión.
Por un lado, está el gris protagonismo del dopaje, la peste que al parecer se extiende y ensucia toda clase de competiciones deportivas, como ya ocurrió hace poco en el Tour de Francia, que se ha hecho archifamoso por sus escándalos debidos a las valijas llenas de jeringuillas y sustancias prohibidas. Basta recordar el lamentable suceso relacionado con el ciclista italiano Marco Pantani, quien finalmente se suicidó. ¿Lo recuerdan?...
A causa de la utilización de sustancias no permitidas, antes de que se lance el pistoletazo de salida de las Olimpiadas, al menos 44 deportistas de 11 países han recibido literalmente la bandera roja y no podrán tomar parte en las competencias. Algunos de ellos, como siete atletas rusas, tenían serias posibilidades de ganar una medalla.
La aspiración de subir al podio y merecer el reconocimiento mundial, así como una buena gratificación económica, parece empujar a algunos deportistas hacia el empleo de compuestos prohibidos, con el propósito de mejorar su rendimiento, pese a los controles más rígidos que aplica el Comité Olímpico Internacional (COI). Solo como un ejemplo: los seleccionados rusos que ganen una medalla dorada en los Juegos recibirán 100 000 euros..., aparte de los reconocimientos que pudieran otorgarles las autoridades de las regiones o cudades de las cuales son originarios, y de los contratos publicitarios...
Si el dopaje seguirá como protagonista de las Olimpiadas Beijing 2008 solo se sabrá después de los 4 500 controles antidoping que el
COI planea realizar en estas justas. Durante los Juegos, los atletas, en particular los sospechosos, pudieran ser observados más de una vez en el mismo día. Y quienes reciban sanciones por seis meses o mása causa del uso de compuestos prohibidos se perderán de manera automática la Olimpiada Londres 2012. Pero las fuertes sanciones no constituyen ninguna garantía de que el dopaje cese su protagonismo en los escenarios deportivos.
El otro actor no tan inesperado, que pone a prueba los Juegos y al Gobierno de China no tiene nada de deportivo, pues es estrictamente político. Pese a los esfuerzos del régimen del presidente Hu Jintao, el factor Tíbet está presente. Desde mucho antes de las competiciones, el movimiento en favor de la región himalaya ha desafiado al gigante asiático y durante los Juegos se ve animado a seguir con ese reto. El miércoles último, por ejemplo, activistas pro Tíbet colocaron en pleno Beijing pancartas en favor de la región. Y esa,al parecer, no será su última acción militante...
Pero claro, aparte de esos fantasmas, China igualmente afronta otros, que solo al término de la Olimpiada se sabrá si los superó. Superar a EE.UU. y a Rusia en el medallero general, mejorar la imagen del país, si la elevada contaminación que exhibe Beijing conspira contra los resultados deportivos, el espinoso tema de los DD.HH ... son los otros desafíos. Pero eson son temas para futuras entregas de este blog...
No, los protagonistas, en realidad no tan inesperados, de la preapertura de los XXIX Juegos Olímpicos Beijing (o Pekín) 2008 son dos, por estos días, que pudieran hacer mella en unas justas llamadas a levantar la imagen internacional del país anfitrión.
Por un lado, está el gris protagonismo del dopaje, la peste que al parecer se extiende y ensucia toda clase de competiciones deportivas, como ya ocurrió hace poco en el Tour de Francia, que se ha hecho archifamoso por sus escándalos debidos a las valijas llenas de jeringuillas y sustancias prohibidas. Basta recordar el lamentable suceso relacionado con el ciclista italiano Marco Pantani, quien finalmente se suicidó. ¿Lo recuerdan?...
A causa de la utilización de sustancias no permitidas, antes de que se lance el pistoletazo de salida de las Olimpiadas, al menos 44 deportistas de 11 países han recibido literalmente la bandera roja y no podrán tomar parte en las competencias. Algunos de ellos, como siete atletas rusas, tenían serias posibilidades de ganar una medalla.
La aspiración de subir al podio y merecer el reconocimiento mundial, así como una buena gratificación económica, parece empujar a algunos deportistas hacia el empleo de compuestos prohibidos, con el propósito de mejorar su rendimiento, pese a los controles más rígidos que aplica el Comité Olímpico Internacional (COI). Solo como un ejemplo: los seleccionados rusos que ganen una medalla dorada en los Juegos recibirán 100 000 euros..., aparte de los reconocimientos que pudieran otorgarles las autoridades de las regiones o cudades de las cuales son originarios, y de los contratos publicitarios...
Si el dopaje seguirá como protagonista de las Olimpiadas Beijing 2008 solo se sabrá después de los 4 500 controles antidoping que el
COI planea realizar en estas justas. Durante los Juegos, los atletas, en particular los sospechosos, pudieran ser observados más de una vez en el mismo día. Y quienes reciban sanciones por seis meses o mása causa del uso de compuestos prohibidos se perderán de manera automática la Olimpiada Londres 2012. Pero las fuertes sanciones no constituyen ninguna garantía de que el dopaje cese su protagonismo en los escenarios deportivos.
El otro actor no tan inesperado, que pone a prueba los Juegos y al Gobierno de China no tiene nada de deportivo, pues es estrictamente político. Pese a los esfuerzos del régimen del presidente Hu Jintao, el factor Tíbet está presente. Desde mucho antes de las competiciones, el movimiento en favor de la región himalaya ha desafiado al gigante asiático y durante los Juegos se ve animado a seguir con ese reto. El miércoles último, por ejemplo, activistas pro Tíbet colocaron en pleno Beijing pancartas en favor de la región. Y esa,al parecer, no será su última acción militante...
Pero claro, aparte de esos fantasmas, China igualmente afronta otros, que solo al término de la Olimpiada se sabrá si los superó. Superar a EE.UU. y a Rusia en el medallero general, mejorar la imagen del país, si la elevada contaminación que exhibe Beijing conspira contra los resultados deportivos, el espinoso tema de los DD.HH ... son los otros desafíos. Pero eson son temas para futuras entregas de este blog...
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